lunes, julio 22, 2013

Algunos fallos y varios aciertos: Preparación de la Maratón Divina Pastora de Valencia (IV)

En el anterior post os comentaba que había conseguido superar el efecto "Dominó" por el cual un día saltándose una actividad lleva a que al día siguiente sea más fácil saltarse el programa , etc, etc.

En estas semanas he cometido algunos errores, y he intentado corregir - estoy en ello, en algunos.

El volumen de kilómetros empieza a crecer, aunque las tiradas en distancia no son muy largas, dado que estoy trabajando a ritmos muy lentos el tiempo de entrenamiento es bastante elevado. Como consecuencia de ello, si salgo un poco más tarde de la cuenta el sol me atrapa, la sensación de bochorno es muy grande y, como me sucedió un día, tuve que parar y volver a casa sin completar la distancia prevista.

Para ello me he propuesto, o bien salir muy pronto en la mañana; o dejar el entrenamiento para justo cuando se pone el sol. Dado que las autoridades municipales han decidido no recortar en coches, comidas, etc. pero sí en luz, lo cierto es que correr a las diez por el río sin iluminación no es la mejor idea que uno puede tener. Así que hay que afinar bien el horario.

Por otra parte, mis zapatillas no aguantaban el número de kilómetros, mi  peso y mi velocidad terminal; como consecuencia empecé a tener dolores de rodilla. La solución a este problema era fácil (solo hace falta dinero, je); así que me compré unas zapatillas que aguanten a un elefante con una amortiguación extra y doble de queso. Unas Mizuno Wave Ultima , Mizuno es una marca japonesa que ya conocía de una anterior compra, a mi me resultan muy cómodas.

Convenientemente calzado ayer realicé el primer test sobre el tercio de maratón. Como mi idea es terminar lo más entero posible, mi ritmo de entrenamiento era el que me permitiese llegar dentro del control de meta. Me calcé las Ultima (espero que no sean las últimas que me compre), esperé a que el tiempo no fuera muy agobiante, estiré y bajé a completar el entrenamiento.

Sé que a mucha gente no le convence, pero a mí me gusta dar vueltas a un circuito. No muchas, pero sí que me agrada la sensación de pasar por un  mismo sitio, comparar sensaciones y, sobre todo, saber que si me quedo tirado no tengo que caminar mucho para volver a casa.

El último error que cometí fue ignorar el tiempo de marcha, me sentía bien, las zapatillas me impulsaban y no al revés, así que aunque intentaba regular, el caso es que iba bastante por debajo del tiempo marcado. Como podéis imaginaros, lo pagué en los últimos 4 kilómetros, pero el acierto que tuve fue intentar aprovechar para entrenar mentalmente esta situación, no parar (salvo para beber agua) y llegar al punto lo mejor posible. Y lo conseguí.

Estas semanas que vienen espero que sean igual de productivas. Ya os iré comentando.