martes, diciembre 18, 2007
La hora del patio
De todas las tareas que un profesor debe llevar a cabo, la que más rabia me da es vigilar en la hora del patio. Es superior a mis fuerzas. Me siento como un vulgar segurata en la puerta de la discoteca, con la excepción de que carezco de cuño y la respuesta es siempre: “no, no pots passar”.
Me sorprende cómo con 13 años haya tan pocas ganas de salir a tomar el fresco un rato después de tres horas de estar sentados en clase: los más pequeños son los más reacios a salir, huérfanos de la playstation no saben qué hacer con 30 minutos de su vida sobre los que decidir. Pareciera que se sintiesen más seguros en clase, con la protección del pastor. Con muchos de ellos puedes estar batallando durante 20 minutos porque quieren entrar a toda costa en el edificio, empleando todo su -limitado- arsenal de tretas.
Claro que ellos no cuentan con la inestimable ayuda de los artilugios de la marca ACME, así que fracasan de manera más superlativa aún que el inefable Coyote.
Lamentando por anticipado las generalizaciones, el patio del Instituto es un microcosmos en el que, por regla general, las etnias se agrupan. Chicos magrebíes con chicos magrebíes, jugando a golpes: “tranquilo profe, estamos jugando”; chicas magrebíes sentadas en la cantina – confieso que como profesor son mi debilidad: atienden, trabajan, y no se cortan en preguntar si no entienden algo, derrochando toneladas de sentido común cada vez que hablan-; cinco o seis chavalillos y chavalillas chinos que, según los profesores veteranos, antes eran muy pacíficos pero ya se han contagiado del ambiente y se pasan el recreo persiguiéndose para darse capones.
La colonia rumana se instala en la cantina, los chicos son poco habladores – hasta en rumano-, están físicamente muy fuertes por lo general, intimidadores pero van a lo suyo. De entre las chicas rumanas está el increíble caso de MC. Es una niña superdotada. No habla mucho con nadie, creo que porque a algunos les intimida y otros directamente se mueren de envidia.
Y así, a primera vista, no parece más que una niña despistada, recién llegada al país – que me aspen si sé a cuál país. Morena, rechonchita, tímida, se sienta sola en la cantina, mochila en ristre, esperando que suene la hora para volver a clase.
Pero, sin embargo, sus cualidades no pasan desapercibidas para nadie: en tres meses no sólo entiende y escribe en castellano, sino que hace sus exámenes en un más que correcto catalán – lo que es decir que escribe mejor que los compañeros “nativos” -; es brillante en todas las asignaturas, en la mía resuelve los problemas de manera única, limpia y fácil. Además le traduce las clases a un compatriota que también asiste a Mates. Quién lo diría, ir a clase de 4º de ESO con intérprete.
¿Qué será de ella?. ¿Alguien reconocerá el talento de esta chica?¿ Tendrá el lugar que corresponde a una inteligencia superior? - no quiero ser agorero y responder por anticipado a estas preguntas; pero me daría pena que por ser mujer inmigrante no pudiese desarrollar su potencial en la medida que merece.
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9 comentarios:
Quizá peque de ingenua y romántica pero yo apuesto porque esa chica es tan lista que sabrá componerselas para elegir el camino que quiera en su vida y no el que le impongan.
PD: Qué es "la cantina"? una metafora?
Hola Rafa, me has hecho viajar en el tiempo con este último post. Qué recuerdos la hora del recreo!!! Correteando por todos los lados, risas, juegos, caídas, balonazos, pedradas... ja ja ja...
Saludos desde Burgos.
Yo también confío en que contará con quien le proporcione herramientas y técnica para hacerse su camino.
Ojalá MC pueda elegir lo que quiere para su futuro!
Me ha gustado muchísimo este post. Es así...y aunque generalizar muchas veces es errar...hay cosas que se ven con observar muy poco.
La mejor amiga del cole de mi sobri es una niña rumana y es sorprendente darte cuenta desde tan pequeña la educación que recibe.
Besitos.
Hola!!
Estre, la "cantina" es el bar del instituto. Se nota que no te mola la 5ª estación, que creo que tiene una canción que se llama así... :)
Miss, la hora del recreo es un clásico para todos! Gracias!
Correora, yo también lo deseo. Lo curioso del caso de MC es que, aunque formalmente demuestran su agrado, los profes la miran y la tratan con cierta distancia, como un hecho paranormal. Me asusta pensar que nadie se sentará un rato con ella para preguntarle qué le gustaría hacer y orientarle un poco. La figura del orientador existe y en algunos casos me consta que funciona, pero lamentablemente en otros lugares no. Esperemos que no sea así en este.
Syl! Pues ya mola tu sobri! Creo que cuando son más pequeños se miran más a los ojos y menos a la piel.
Es alucinante la de prejuicios que se ganan con la edad, y desde bien jovencitos...
Besets!!
Rafa, ¿Por qué no te sientas tu con ella? seguro que la charla seria de lo mas interesante…
Espero que esta mezcla étnico(?)-cultural que hay en la escuela produzca una próxima generación de ciudadanos más sabios y tolerantes...aunque no sé no sé...
Yo también apuesto por la chica.
¡¡FELIZ SOLSTICIO, Rafa !! [ahora a las 6:08 UTC (7:08 hora oficial)].
Airin! No creas que no lo he intentado. Hice algún aproximamiento pero la chica en cuestión es muy reservada.
Ahora ya terminé en ese centro, espero que todo les salga como debería.
Pablo, esa mezcla con ese resultado sería genial. Yo tengo esperanzas en los más pequeños, que están menos contaminados y no tienen prejuicios.
Feliz solsticio para tod@s!
Hermosa crónica Rafa!
By the way bon nadal!
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