El congreso de Supervillanos celebrado el pasado sábado nos reservó una exclusiva mundial: el enviado del Imperio (en la foto llegando con su escolta al local, tras haber pillado la línea 4, rodeado de periodistas); confirmó que, una vez desmantelados los planes para deshacerse de la base de la República vía vuelos espaciales, estrellas de la muerte y derivados, estaban contemplando las nuevas alternativas mediterráneas para la destrucción del mundo conocido. Destacó maravillado las iniciativas de ataque subterráneo en la ciudad de B., vía obras del AVE al lado de la SF; así como declaró su amor eterno a la gran Mr. R; toda una paladina en aras de la modernité vía arrase de barrios y carreras de cuadrigas entre los escombros de los idem.
Por otro lado, acudí lleno de esperanza e ilusión al casting para formar parte de “El Equipo A” en el siglo XXI. Como podéis imaginar, mi intención era hacer el papel de Mr. T, ya que doy el perfil totalmente. Sin embargo, tan sólo pude conseguir ser finalista a conseguir una plaza interina del Murdock ese.
Al menos me hice una foto con la camioneta, salgo con cara incrédula porque delante de mío había un tío disfrazado de Sandokan con una barriga de seis meses que era para verlo.
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