Hace aproximadamente un mes dimos carpetazo definitivo al proyecto de “Liberty Valance”. No ha sido fácil, incluso ahora me cuesta escribir sobre ello, un cúmulo de circunstancias nos llevaron a la disolución del grupo, y con ello al desmoronamiento de un montón de ilusiones.
Pero aun quedan ganas de hacer cosas, a poder ser novedosas porque yo también soy de la opinión, como el creador de la Wii, que "hacer cosas nuevas es divertido; copiar lo que hacen los demás, no."
En otro orden de cosas, estas semanas están siendo provechosas en cuanto a coger algo de forma, aunque no acabo de pillarla, gracias a los compas de entrenamiento vamos entrando en vereda; cauce arriba, cauce abajo. Prefiero ser más selectivo en cuanto a las carreras que correr, porque el verano es peligroso con la humedad, el calor y los sobresfuerzos.
En este sentido, una de las experiencias más curiosas corriendo la vivimos en Algemesi y su Volta a Peu (10 km o casi), una carrera muy populosa, a dos vueltas, en la que los metros más fastidiados (al menos para mí son los km. 8 al 9,5) transcurrían en su mayor parte dentro de una feria ambulante. No al lado, sino atravesando las atracciones típicas del siempretocasinounpitounapelota, los vendedores de algodón azucarado, etc. Complicado esquivar a alguna pareja visitante, así como comprobar la poca gracia que les hacía a los feriantes vernos de esa guisa cortando el flujo de visitantes.
En fin, nunca llueve a gusto de todos, pero si hoy cayesen unas gotas tampoco estaría mal.
En otro orden de cosas, estas semanas están siendo provechosas en cuanto a coger algo de forma, aunque no acabo de pillarla, gracias a los compas de entrenamiento vamos entrando en vereda; cauce arriba, cauce abajo. Prefiero ser más selectivo en cuanto a las carreras que correr, porque el verano es peligroso con la humedad, el calor y los sobresfuerzos.
En este sentido, una de las experiencias más curiosas corriendo la vivimos en Algemesi y su Volta a Peu (10 km o casi), una carrera muy populosa, a dos vueltas, en la que los metros más fastidiados (al menos para mí son los km. 8 al 9,5) transcurrían en su mayor parte dentro de una feria ambulante. No al lado, sino atravesando las atracciones típicas del siempretocasinounpitounapelota, los vendedores de algodón azucarado, etc. Complicado esquivar a alguna pareja visitante, así como comprobar la poca gracia que les hacía a los feriantes vernos de esa guisa cortando el flujo de visitantes.
En fin, nunca llueve a gusto de todos, pero si hoy cayesen unas gotas tampoco estaría mal.