lunes, enero 23, 2012

Un juego de espejos ligeramente distorsionados

Con el paso de la primera semana después de recibir la noticia de mi intervención, las cosas no han cambiado mucho en apariencia, pero sí que veo de más cerca la proximidad de la gran roca con la que me tengo que enfrentar en el camino.


Un pequeño bichito que vive plácidamente en mi nariz me puede fastidiar la jugada, así que ya estoy aplicándome pomadas en el interior de la nariz y, aunque es un proceso bastante inocuo, siento que ya estoy dentro de la rueda. Y que necesito tener varios asideros. Mis amigos de Liberty me están ayudando mucho, la música como siempre me salvará de caer por algún sumidero de depresión. Y no es cuestión de ir llenando mi mochila con más problemas.

Lo que sí llevo son proyectos, tanto musicales como de difusión de conocimiento – por llamarlo de alguna manera-, que siempre me atento y enfocado, e ilusionado; a pesar de no contar, como siempre pasa, con toda la gente que esperarías contar: quizás porque nuestros días no son más que eso, un juego de espejos distorsionados, donde lo que vemos de los demás – y lo que ven ellos de nosotros –, nunca son imágenes que coincidan exactamente.

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