miércoles, septiembre 23, 2009

Llenando el cubo de propósitos

Después de muchos momentos de ponerme ante la pantalla con el deseo de escribir algo, pero sin que ese algo tuviese una concreción, he recordado un artículo que leí hace muchos años sobre Mark Knopfler, el músico que me hizo interesarme por la guitarra en la adolescencia. No es nada extraño, creo que fui uno de tantos a los que les sucedió lo mismo, aunque sí uno de los pocos que continuó con las ganas de seguir tocando, de aprender.

Puede decirse que mister Knopfler y su banda fueron mi puerta de entrada al mundo musical, y que por ahí entraron (y continúan entrando) muchos otros. En fin, en el artículo que comentaba antes el periodista – obviamente no muy aficionado a los Dire Straits – comentaba que, a falta de ser una persona inspirada, era un personaje que basaba su trabajo en la perspiración.

En mi caso, tengo ganas de escribir textos, de componer canciones, tengo además compromisos que atender; aunque tampoco éstos son firmes ya que el más firme es conmigo mismo, y quizás sea eso lo que me bloquee. Pero no puedo permitírmelo, no puedo seguir narcotizado en la desidia, engañado por mis propias ensoñaciones (“la pastilla roja de “Matrix”, la cadena de la caverna de Platón).

Es por eso que, siguiendo el dicho de los doctorandos “One page, one year”, para terminar la tesis en un año y no dilatar el proceso más de lo necesario, me he propuesto eso mismo, escribir todos los días una página al menos. Ya sé que esto suena a propósito de curso nuevo del que luego nada se cumple (por cierto, sí que he empezado a entrenar de cara a la media maratón del 22 de noviembre, aunque no con la firmeza que había planificado, algo es algo); pero entre el cielo y el suelo en el que me encuentro existe un punto en el que el material vaya fluyendo, y hacía allí quiero dirigirme.

Otro de los motivos por el que necesito ponerme en marcha es que últimamente he venido dedicando esfuerzos a proyectos que, a pesar de satisfacerme, no son el mío. El tiempo es finito amigos, y tampoco pasa despacico; así que es mejor ponerse a ello cuanto antes. Con el agravante de que la colaboración en la que más tiempo he invertido (“Bluenáticos”) no acaba de arrancar, y es probable que no vea la luz. Este viernes veremos cómo evoluciona, si evoluciona.

En resumen, hay que ir tirando del hilo para sacar algo bueno, positivo y sentirme bien, que es de lo que se trata en definitiva. Escribiendo este texto la idea de ponerme con la tesis – una idea por otra parte recurrente, pero que siempre acabo desechando, ya lo pasé suficientemente mal con la tesina – vuelve como un boomerang.

1 comentario:

Pablo dijo...

Ánimo con tus proyectos, Rafa, sean cuales fueren (según se vayan definiendo). Para inspirarte, te dejo con la leyenda china (?) del bambú explicada a los judíos (?) :

http://otir.posterous.com/3910015