Proyecto 1. Insonorización acústica de los conocidos como “casales ambulantes”.
Para evitar mayores molestias a los vecinos ocasionadas por las discomóviles, karaokes y demás contaminaciones acústicas, se propone forrar con hueveras todas las carpas falleras, a la usanza de los locales de ensayo más cool de los años setenta. Para obtener las hueveras basta, como es de suponer, con comprar cartones de huevos, empleando el continente para realizar: A) festivales de la tortilla o, eventualmente, B) cederlos al vecindario para que éstos lo empleen como proyectil en caso de que a algún descontrolado le de por lanzar masclets (petardos gordos) en la soledad de la madrugada en sus portales.
Proyecto 2. Tratamiento de las calles iluminadas: pay per view
Como medida recaudatoria para las comisiones, se propone instalar en las calles iluminadas el mecanismo harto conocido denominado comúnmente “velita a San Antonio”, empleado con éxito en toda la red de Iglesias de este amplio mundo durante siglos.
Por un donativo de 2€, inserto en el artefacto citado de la calle en cuestión; ésta, que se encontrará totalmente a oscuras, cobrará (durante 3 segundos) luz y color por arte de 13.000.000 de bombillas de alto consumo y seis velones de Santa Marta, bajo el ritmo del pasodoble “Valencia en Fallas” ( este último elemento es opcional, con descuento).
Proyecto 3. Packaging de monumentos falleros.
¿A quién queremos engañar? Estamos en esto por la pasta, todos los blusones, moños, bunyols y demás valen un dinero, así que tenemos que sacar de donde sea. Es cuestión de financiar los monumentos falleros, sobre todo, puesto que nos salen por un pico. Ya se ha extendido la costumbre de visitante Premium, que se pega la vuelta al monumento en primera fila por un módico precio. Pero aun existe la fea costumbre mayoritaria de ver las fallas sin pagar, son esos que miran en la distancia y, aprovechándose de las cámaras digitales y del zoom de ocho aumentos, retratan para la posteridad el remate de nuestros monumentos. Por no hablar de los ingratos vecinos, que disfrutan de privilegiadas vistas sin abonar ni un euro, escondiéndose ante nuestras reiteradas llamadas al orden en la replegà.
Pues bien, aplicando la conclusión de nuestro estudio de I+D sobre el VipExpress (ib. IDIF, 1990); el no pagar se va a acabar.
Proponemos la construcción de monumentales cajas de cartón, de 50 metros mínimo de altura por la extensión que se considere oportuno; en las que insertar nuestros monumentos, que quedarían de esta manera seguros de la visión de los desaprensivos mirones. Mediante la técnica del corte a tijera conocida como gruyère, se procederá a realizar agujeros a alturas variables para que los visitantes (previo pago) puedan apreciar en el interior la belleza de nuestros populares monumentos (durante, como máximo, un minuto).
Se trataría en definitiva de ensalzar la tan denostada actividad del peepshow, dotándole de un noble fin.
Esperemos que estas tres iniciativas cumplan el curso burocrático legal rápidamente y calen tanto en nuestra sociedad y en el ambiente fallero, tan festivo y popular como acostumbra.
2 comentarios:
Jo jo jo.
Si es que no puede ser que por ser valenciano te tengan que gustar las fallas; yo, si fuera valenciano, lo pasaría fatal (¿o a lo mejor me gustarían las fallas?).
Tu comentario es muy acertado Pablo.
Se puede ser valenciano y no gustarte las Fallas.
Se puede ser valenciano y no ser del Valencia. Incluso, oh!, pasar del fútbol.
Se puede ser valenciano y no votar al PP. Incluso puede uno serlo sin votar al PSOE.
Se puede ser valenciano admitiendo que hay otros valencianos que no piensan como tú.
El problema es que se nos vende lo contrario, y vamos tan atareados que ni caemos en ello.
En fin, no sé si te gustarían (intuyo que sufrirías), a mí me gustan las Fallas -o parte de ellas. Lo que no me gusta es el uso populista que se hace de la fiesta, y mucho menos el carácter "exclusivista" de muchas comisiones.
Uf, me he puesto profundo.
Publicar un comentario